Sobre una parrilla al rojo vivo, pimientos, patatas, calabacines, berenjenas y tomates se asan lentamente, liberando aromas intensos y resaltando sus sabores naturales. El fuego transforma sus texturas, dejándolos tiernos por dentro y con un ligero toque crujiente por fuera. Servidas aún calientes, estas verduras forman un plato lleno de vida, sencillez y esencia mediterránea.
