Crujientes totopos dorados, recién fritos hasta alcanzar una textura crujiente y ligera, se coronan con una capa sedosa de queso fundido que se funde en el calor. El fresco pico de gallo, con su mezcla vibrante de tomate, cebolla y cilantro, aporta un estallido de frescura y color, mientras la nata agria suaviza el conjunto con su textura cremosa. Los jalapeños añaden un toque picante y dinámico, completando un plato que despierta los sentidos y cautiva la vista.
