Un puré de garbanzos cremoso y sedoso se mezcla delicadamente con tahini y jugo de limón fresco, logrando un equilibrio perfecto entre suavidad y acidez. El perejil recién picado aporta un aroma herbáceo que eleva el plato, mientras un hilo de aceite de oliva virgen extra añade brillo y profundidad. Servido con pan casero, este plato invita a sumergirse en una experiencia sencilla, nutritiva y reconfortante, donde cada cucharada deslumbra con textura y frescura.
