Preparación

La crema catalana se elabora con una base precisa de yemas de huevo, leche infusionada con canela y limón, y azúcar, cocinada lentamente hasta lograr una textura suave y sedosa que se funde en el paladar. Su capa superior, una fina lámina de caramelo crujiente, añade un contraste irresistible tanto en textura como en sabor, ofreciendo un crujido delicado que despierta los sentidos. Visualmente, el dorado brillante del caramelo sobre la crema pálida crea un equilibrio armonioso, invitando a disfrutar de este postre tradicional que combina la técnica clásica con una experiencia sensorial plena y reconfortante.